Las aventuras de Huckleberry Finn - Твен Марк (лучшие книги .txt) 📗
—No, no he visto a nadie, tia Sally. El barco llego justo al amanecer, deje mi equipaje en el muelle y fui a darme una vuelta por el pueblo y tambien por el campo para hacer tiempo y no llegar demasiado temprano; por eso he llegado por la parte de atras.
—?A quien le diste el equipaje?
—A nadie.
—?Pero, nino, te lo van a robar!
—No, donde lo escondi no lo creo —dije.
—?Como es que desayunaste tan temprano en el barco?
Aquello se estaba poniendo dificil, pero respondi.
—El capitan me vio levantado y penso que mas valia que comiese algo antes de desembarcar, asi que me llevo a las camaretas de arriba, donde comen los oficiales, y me dio todo lo que queria.
Me estaba poniendo tan nervioso que no estaba atento. Pensaba todo el tiempo en los ninos; queria llevarmelos a sacarles algo de informacion para averiguar quien era yo. Pero no habia forma. La senora Phelps no hacia mas que hablar. Al cabo de un rato me dieron escalofrios por todo el cuerpo porque dijo:
—Pero aqui estamos venga de hablar y todavia no me has dicho nada de mi hermana ni de los demas. Ahora parare de darle a la lengua y te toca a ti; cuentamelo todo, dime como estan todos hasta el ultimo de ellos, como les va y lo que hacen y lo que te han dicho que me digas y todo lo que recuerdes.
Bueno, comprendi que estaba en un autentico apuro. La Providencia me habia apoyado hasta ese momento, pero ahora me tocaba arreglarmelas como pudiera. Vi que no valia de nada tratar de empezar: tenia que confesar la verdad. Asi que me dije: «Ahora tengo que arriesgarme otra vez a decir la verdad». Abri la boca para empezar a hablar, pero ella me agarro, me escondio detras de la cama, y va y dice:
—?Aqui llega!, agacha mas la cabeza; bueno, asi esta bien, ahora no te puede ver. Que no note que estas aqui. Quiero gastarle una broma. Ninos, no digais ni una palabra.
Vi que me estaba metiendo en otra buena pero no valia de nada preocuparse; no habia nada que hacer mas que quedarme callado y tratar de escapar cuando estallara la tormenta.
Apenas pude ver al viejo cuando entro porque despues me lo tapo la cama. La senora Phelps dio un salto y pregunto:
—?Ha llegado?
—No —respondio su marido.
—?Santo cielo! —dijo ella—, ?que puede haberle pasado?
—No me lo puedo imaginar —dijo el anciano—, y debo confesar que no me siento nada tranquilo.
—?Tranquilo! —dijo ella— ?Yo estoy a punto de volverme loca! Tiene que haber llegado, lo que pasa es que no lo has visto por el camino. Estoy segura de que ha sido eso. Algo me lo dice.
—Pero, Sally, es imposible que no lo haya visto, y lo sabes.
—Pero, ay Dios mio, Dios mio, ?que dira mi hermana? Tiene que haber llegado. Tiene que ser que no lo has visto. Tiene…
—Bueno, no me preocupes mas de lo que ya estoy. No se como demonio entenderlo. Ya no se que pensar y no me importa reconocer que estoy asustadisimo. Pero no es posible que haya llegado porque no podria llegar sin que lo hubiera visto yo. Sally, esto es horrible, sencillamente horrible… ?Seguro que le ha pasado algo al barco!
—?Mira, Silas! ?Mira alli! ?Por el camino! ?No viene alguien?
El salto a la ventana junto a la cabecera de la cama y le dio a la senora Phelps la oportunidad que buscaba ella. Se inclino a los pies de la cama y me dio un tiron para hacerme salir; y cuando su marido se volvio de la ventana alli estaba ella, toda sonriente y radiante como un sol, y yo a su lado, calladito y sudoroso. El anciano me contempla y dice:
—Pero, ?quien es ese?
—?Quien te crees que es?
—No tengo ni idea. ?Quien es?
—?Es Tom Sawyer!
?Os juro que casi me caigo al suelo! Pero no tuve tiempo de cambiar de tactica; el viejo me agarro de la mano y me la estrecho una y otra vez, y todo el tiempo la mujer bailaba en torno a nosotros riendose y llorando; despues se pusieron los dos a preguntarme montones de cosas acerca de Sid y de Mary y del resto de la tribu.
Pero si ellos se alegraron, aquello no era nada en comparacion conmigo, porque era como volver a nacer. Me alegre montones de enterarme de quien era. Bueno, se me quedaron pegados dos horas, y por fin, cuando tenia la lengua tan cansada que casi no podia ni moverla, les habia dicho ya mas cosas de mi familia (quiero decir de la familia Sawyer) de las que hubieran podido ocurrir a seis familias Sawyer juntas. Y les explique todos los detalles de como se habia reventado la cabeza de un cilindro en la desembocadura del rio Blanco y nos habia llevado tres dias arreglarlo. Lo cual estaba muy bien y funciono estupendamente, porque ellos no sabian si hacian falta tres dias para arreglarlo. Si les hubiera dicho que habiamos reventado un perno les habria dado igual.
Ahora yo me sentia muy tranquilo por una parte y muy intranquilo por la otra. El ser Tom Sawyer me resultaba facil y comodo y lo siguio siendo hasta que al cabo de un rato oi que bajaba por el rio un barco de vapor. Entonces me dije: «?Y si viene Tom Sawyer en ese barco? ?Y si llega en cualquier momento y me llama por mi nombre antes de que pueda hacerle un guino para que no diga nada?»
Bueno, no podia dejar que pasara, porque lo fastidiaria todo. Tenia que ir al camino y pararlo a tiempo. Asi que le dije a aquellos dos que iria al pueblo a buscar mi equipaje. El anciano queria venir conmigo, pero le dije que no, que podia conducir yo mismo el caballo y que preferia que no se molestara por mi.
Capitulo 33
Asi que me puse en marcha hacia el pueblo con la carreta, y cuando estaba a mitad de camino vi que venia otra carreta, y efectivamente era Tom Sawyer, asi que me pare y espere hasta que llego. Le dije: «?Frena!», y se paro a mi lado, abrio una boca de a palmo, y asi se quedo; trago saliva dos o tres veces, igual que un cura cuando se le seca la garganta, y despues dijo:
—Yo nunca te hice nada malo. Y tu lo sabes. Asi que, ?por que has vuelto a perseguirme?
Le respondi:
—No he vuelto… Nunca me fui.
Cuando oyo mi voz se tranquilizo algo, pero todavia no estaba convencido del todo. Dijo:
—No me hagas nada malo, porque yo no te lo haria a ti. ?Me juras que no eres un fantasma?
—Te lo juro —respondi.
—Bueno… Yo… Bueno, claro que deberia bastar con eso, pero la verdad es que no entiendo nada. Mira, ?es que nunca te asesinaron?
—No. Nunca me asesinaron… Fue un truco mio. Acercate a tocarme si no me crees.