Scaramouche - Sabatini Rafael (книги без регистрации бесплатно полностью сокращений txt) 📗
A la cabeza de los arist?cratas avanzaba Binet, corriendo como nunca nadie hubiera podido imaginarlo, y esgrimiendo el largo bast?n inseparable de Pantalone.
– ?Infame sinverg?enza! -ladraba-. Me has arruinado, pero juro por Dios que me las pagar?s.
Andr?-Louis se volvi? a ?l.
– Confundes la causa con el efecto -le grit?.
Pero no dijo m?s. De un certero golpe, el bast?n de Binet se astill? sobre su hombro. De no ser porque se apart? r?pidamente, el palo le hubiera roto la cabeza. Entonces Scaramouche se meti? la mano en el bolsillo y se oy? una detonaci?n. Era el pistoletazo con que Andr?-Louis replicaba al bastonazo.
– ?Ya te hab?a avisado, inmundo alcahuete! -grit? sin dejar de apuntarle.
Binet se desplom? gritando, mientras que el feroz Polichinela, ahora fiero de verdad, se acerc? a Andr?-Louis para susurrarle r?pidamente al o?do:
– ?Est?s loco! ?No era para tanto! Tienes que irte inmediatamente o dejar?s aqu? el pellejo. ?Vete ahora mismo!
Era un consejo sensato y Scaramouche lo acept? enseguida. Los caballeros que segu?an a Binet, en parte paralizados por las improvisadas armas de los actores y, en parte, por la pistola de Scaramouche, le dejaron escapar. Andr?-Louis lleg? a los bastidores, donde se top? de manos a boca con dos de los polic?as que ya invad?an el teatro para restablecer el orden. Tendr?a problemas con ellos por su osad?a de aquella noche y por el balazo que le hab?a incrustado a Binet en alguna parte de su obeso cuerpo. As? que blandi? su pistola, dici?ndoles:
– ?Dejadme pasar o juro que os levantar? la tapa de los sesos!
Cogidos por sorpresa, asustados, pues no ten?an armas de fuego, los gendarmes retrocedieron dej?ndolo escapar. Scaramouche pas? velozmente por delante del camerino donde las mujeres de la compa??a se hab?an atrancado hasta que pasara la tormenta, y gan? la callejuela que estaba detr?s del teatro. La calle estaba desierta. Corri? tratando de llegar a la posada para recoger su dinero y alguna ropa, pues ahora no pod?a permanecer en la calle vestido con el traje de Scaramouche.